Vivimos tiempos en que los jóvenes deberán tener la capacidad de renovarse constantemente de ser y capaces de tomar las riendas de su aprendizaje.
Los avances tecnológicos están superando nuestra capacidad para medir su eficacia en términos educativos. Modelos como el aprendizaje lateral y el aprendizaje entre pares tratan de cerrar la brecha al involucrar a más stakeholders (las partes interesadas)e incrementar sus interacciones durante el proceso de aprendizaje, pero la evidencia de su éxito es escasa o inclusive contraria al efecto deseado; vivimos tiempos en que la educación y el aprendizaje están divergiendo siendo el uso de la tecnología uno de los factores más disruptivos (Kao, 2018).
Las oportunidades de aprendizaje son cada vez mayores y diversas, mientras que las oportunidades de recibir una educación valiosa y acreditable se quedan rezagadas. Esta discrepancia nos invita a reflexionar: ¿qué es una escuela?, ¿quién es un profesor?, ¿cómo debe verse un ecosistema de aprendizaje?
Aunado a lo anterior, la brecha de habilidades entre nuestras capacidades actuales y las capacidades que necesitamos para enfrentar la cuarta revolución industrial (4RI) influye en la dirección hacia donde la educación superior debe evolucionar. Se dice que los futuros profesionistas tendrán largas carreras dedicadas para desarrollarse hasta en 20 trabajos distintos. Frente a este escenario, Suzanne Fortier, presidenta de McGill University, planteó los siguientes retos que la educación superior debe atender:
- Preparar a los estudiantes para renovar sus habilidades cada 3 a 5 años
- Preparar a los estudiantes para estar listos para el empleo (visión de corto plazo)
- Preparar a los estudiantes para estar listos para el futuro (visión a largo plazo)
Para enfrentar estos retos las estrategias que diseñen las universidades tendrán mayores posibilidades de éxito si se consideran múltiples stakeholders, entre ellos estudiantes, profesores, padres de familia, investigadores, empresas y gobierno. Entre estos stakeholders y las instituciones educativas se debe lograr la construcción de coaliciones que atiendan objetivos conjuntos (Ogan, 2018).
En cómo abordar estos retos Ann Maria Mettler, Jefa de Estrategia Política de la Comisión Europea, señala que debemos “obsesionarnos menos con la educación formal y enfocarnos más en habilidades” (WEF 2018, p. 33). Esta mentalidad que Mettler propone nos puede ayudar a agilizar las estrategias que nos permitan cerrar la brecha entre educación y aprendizaje a través de la innovación y la experimentación.
“Debemos obsesionarnos menos con la educación formal y enfocarnos más en habilidades” — Ann Maria Mettler
Habilidades a desarrollar en los estudiantes
El presidente de una de las ONG más grandes del mundo dedicada a educar a los jóvenes sobre educación financiera, espíritu empresarial y preparación para la fuerza laboral Advani (2018) sugiere que los estudiantes que enfrentan la 4RI deben transformar su mentalidad hacia una más innovadora y emprendedora. Para esto los educadores debemos ayudar a los estudiantes a desarrollar las siguientes habilidades:
- Liderazgo para dar forma a su propio aprendizaje y carrera profesional
- Confianza en su capacidad de aprender
- Resiliencia y autoeficacia requeridos para una mentalidad innovadora
El liderazgo que los jóvenes necesitarán es el carácter para desarrollarse de forma independiente a través de su larga y variada carrera profesional. En estas “largas carreras”, podrán fallar muchas veces en su camino, y deberán tener la capacidad para recuperarse y renovarse. En esa renovación, todo profesional deberá ser apto y capaz de tomar la rienda de su camino de aprendizaje.
Para el fortalecimiento de estas habilidades, se recomienda el desarrollo de Comunidades de Innovación, en un espíritu similar al de la triple hélice (academia, sector privado y gobierno), con una dirección a atender problemáticas focalizadas y locales. Entre los integrantes de la comunidad se deben tener en cuenta modelos a seguir, líderes y casos de éxito. En estas comunidades se logra el involucramiento y el compromiso de múltiples stakeholders para alcanzar su visión de corto y largo plazo.
“El sistema educativo debe adoptar el concepto de aprendizaje de por vida facilitando que los estudiantes exploren su capacidad para aprender”
Educación Superior en la 4RI
El sistema educativo debe adoptar el concepto de “aprendizaje de por vida” (Vestberg, 2018) facilitando que los estudiantes exploren su capacidad para aprender. Para lograrlo, los expertos que participaron en el evento “Annual Meeting of the New Champions 2018 (AMNC)”, recomendaron que se exponga a los estudiantes a una amplia variedad de oportunidades de aprendizaje entre las que se pueden incluir:
A partir de estas características de solución, los docentes podemos desarrollar experiencias de aprendizaje que respondan a las necesidades de nuestros stakeholders y, en especial, de nuestros estudiantes.
Nos toca a nosotros
Los profesionales de la educación debemos cerrar esa brecha entre educación y aprendizaje para desarrollar las experiencias que los futuros profesionales necesitan. Debemos retar a nuestros estudiantes recordando que ellos pueden ser altamente resilientes y debemos hacerlo con humildad recordando que nos encontramos en una posición de privilegio frente a algunos de los retos que los estudiantes en el futuro enfrentarán. De nosotros depende crear los ambientes que brinden alegría y motivación para el aprendizaje.
Originally published at observatorio.itesm.mx on December 7, 2018.